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Escritura Informativa

Resumen: Tus zonas erróneas. – Wayne W. Dyer.

El libro tus zonas erróneas, se conoce como la guía para combatir las causas de la infelicidad. El mismo, fue escrito por Wayne W. Dyer, psicólogo, comunicador motivacional y escritor estadounidense de libros de autoayuda, quien murió a sus 75 años después de su gran labor en el desarrollo humano y profesional.

En esta obra Dyer, nos muestra 11 zonas erróneas que como dije antes, funcionan como guía para combatir la infelicidad. Por medio de cada una de ellas, nos permite reflexionar, desarrollarnos y moldear nuestro sistema de creencias, ya sea que este desde nuestra niñez o la sociedad lo haya impuesto.

Por ultimo, un capitulo 12, donde habla de la personalidad de aquellos que han trabajo en sus zonas erróneas, para así poner en práctica sus acciones.

El libro empieza con un pequeño testimonio del autor, dando a conocer que para ser más feliz debemos tener conciencia de las posibilidades de elegir que se encuentran a nuestro alcance, debido a que cada persona es la suma total de sus opciones, por lo que, definitivamente podemos ser lo que nos propongamos.

Entre las zonas erróneas dictadas se encuentran:

1. Haciéndote cargo de ti mismo: ”La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que otras personas optan por la locura”.

En esta zona errónea, el autor da a conocer diversos puntos muy interesantes. Primero, como la inteligencia no se basa en tus títulos, habilidades manuales o rapidez, sino mas bien en tu capacidad de seguir siendo feliz a pesar de que no puedas resolver un problema.

Es aquí donde el autor hace hincapié en que: ”Si eres feliz, si vives cada momento, aprovechando al máximo tus posibilidades, entonces eres una persona inteligente”.

Del mismo modo, se muestra el concepto de felicidad como la capacidad de elegir como sentirte, a pesar de lo que suceda fuera de mi interior. Dyer, afirma que eres una persona feliz cuando aceptas, validas y te haces cargo de tus emociones.

Más adelante, da a conocer cómo podemos elegir lo que sentimos, entendiendo que cada persona siente lo que prefiere, debido a que las emociones son resultados de nuestros pensamientos. Esto quiere decir que no podemos tener una emoción sin antes haber experimentado un pensamiento. Por lo que, es importante gestionar nuestros pensamientos primero.

A raíz de dichos aprendizajes, el autor promueve la pregunta: ¿Son los demás responsables de lo que sentimos? Determinando que no, los demás no son responsables de nuestras emociones, yo soy quien decido como sentirte a raíz de lo que sucede. Esto nos lleva a responsabilizarnos de lo que sentimos cambiando frases como:

  1. Me ofendes.
  2. Me haces sentir mal.

Por frases como:

  1. Me ofendí por las cosas que me dije a mi mismo respecto a cómo reaccionaste tu ante mí.
  2. Me hice sentirme mal.

Si quieres aprender a ser feliz debes pensar de una forma distinta, debido a que todo empieza dentro de nosotros. Puedes hacer una lista de pensamiento limitantes y sustituirlo por pensamientos de abundancia.

2. El primer amor: ”La propia estima no puede ser verificada por los demás. Tu vales porque tú dices que es así. Si dependes de los demás para valorarte, esta valorización estará hecho por los demás”.

A partir de esta premisa que todo amor sano nace del amor propio. Si yo no me cuido ni me amo no es posible amar a otro de la manera correcta. Además, da a conocer la necesidad versus el deseo, y como cuando te amas lo suficiente, no necesitas que te amen, solo deseas que te amen. Si estas esperando una respuesta es que no te estás dando el amor suficiente.

El autor también define el amor como la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisficiera o te gustase.

Por esto, el estar enamorado, el poder dar y recibir, todas esas cosas empiezan con un ser que es capaz de amarse totalmente a sí mismo.

A partir de esto, Dyer, también da a conocer comportamientos de una persona con baja valoración:

  1. Rechazar cumplidos.
  2. Dar siempre crédito a lo demás por lo que hace.
  3. Apoyarse en las opiniones de los demás y no en las propias.
  4. No comprarse nada.
  5. No se da gustos.
  6. Presenta síndrome del impostor (autosabotaje) constantemente.

El autor nos deja claro que el reparar o modificar aquellas cosas que no están a la altura de lo que quieres, puede llegar a ser una ocupación encantadora, y no hay motivo para que elijas sentirte inapropiado o indigno, simplemente porque hay cosas en ti mismo que has decidido mejorar.

Además de que al escoger amarte a ti mismo y tomar las tajadas de la vida que te apetecen, los demás a los que tu sirves, aprenderán también a tener confianza en sí mismos.

3. Tu no necesitas la aprobación de los demás: ”La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: lo que tu piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mí mismo”.

En este capítulo, el autor comparte que la búsqueda de aprobación se convierte en una zona errónea solo cuando es una necesidad en vez de un deseo. Debido a que, si solo deseas la aprobación simplemente es porque te sientes feliz con el apoyo y aceptación de las demás personas.

Es imposible vivir en este mundo sin provocar la desaprobación de la gente, por esto, hay que deshacerse de la necesidad de aprobación si quieres lograr tu realización personal, debido a que la misma se fundamenta en una sola posición: “No confíes en tu mismo; confirma todo con otra persona primero’’.

Algunos de los ejemplos típicos de búsqueda de aprobación son:

1. Sentirte deprimido o angustiado cuando alguien no está de acuerdo contigo.

2. Hacer cosas por otra persona y sentir resentimiento porque no te atreviste a decirle que no.

3. Pedir permiso para hablar, para comprar algo o hacer cualquier cosa, a una persona importante en tu vida porque temes su desagrado.

4. Pedir excusas continuamente. Los excesivos “Lo siento” y “Perdón” que están destinados a hacer que los demás te perdonen y te aprueben constantemente.

A través de estos ejemplos el autor promueve varias estrategias para combatirlos, entre estas están:

1. Etiquetar la desaprobación con nuevas respuestas que empiecen con la palabra tu. Si alguien se enfada contigo, en vez de cambiar de opinión para recibir su valía, contesta con un: “Tu eres quien te estas enfadando y piensas que no debería opinar eso. Sin embargo, es mi opinión y debe ser respetada”.

2. Cuando te critiquen pregúntate: ¿Me iría mejor si estuvieran de acuerdo conmigo? Aquí te darás cuenta de que será igualmente como si no lo estuvieran.

Además de esto, en esta zona errónea se visualiza la importancia de romper con la necesidad de pertenencia, el hecho de querer cumplir con un estándar y como reaccionamos cuando no lo cumplimos, muchas veces cayendo en el sentimiento de culpa o tristeza, porque no estamos haciendo las cosas como “deberían ser”.

4. La ruptura con el pasado: “Solo los fantasmas se revuelcan en el pasado, explicándose a sí mismos con descripciones basadas en sus vidas ya pasadas. Tu eres lo que eliges ser hoy en día, no lo que antes elegiste ser”.

En este capítulo se muestra una zona errónea muy interesante, y como la misma se conforma por las autodefiniciones que tiene cada persona sobre si mismos y el sistema de creencias que ha desarrollado desde su niñez.

El autor define que todas las auto-clasificaciones comienzan desde el pasado histórico del individuo. Por esto, es importante identificar hasta qué punto estamos atados a nuestro pasado, para así derrumbar todos los “Yo soy” autodestructivos. Sin embargo, también es claro que pueden presentarse por elección de nosotros mismos.

Algunos de los que establece el autor como más comunes son:

  1. Yo soy tímida
  2. Yo soy desordenada
  3. Yo soy olvidadizo
  4. Yo soy pésima cocinera
  5. Yo soy irresponsable

El autor nos dice que, si algunos de tus “Yo soy”, no entorpecen tu crecimiento está bien dejarlos presentes. No obstante, de no ser así recomienda empezar el cambio interior.

¿Cómo cambiar las creencias que nos atan a ellos?

Reconociendo mi responsabilidad de que puedo cambiar y hacer las cosas que me tocan. En vez de decir ‘’Soy mala con los nombres’’ decir ‘’Hasta ahora no me aprendo todos los nombres, pero estoy trabajando en ello’’. Esto permitirá que nos demos la oportunidad de crecer.

También aplica a la hora de catalogar a otra persona. Recuerda que no debes empezar con ”tú eres” porque puedes encasillar a los demás. Cambia esto por: ”La experiencia que tengo de ti es esta”, ahí le das permiso al otro de crecer.

5. Las emociones inútiles: culpabilidad y preocupación. “Si tu crees que sentirte mal o preocuparte lo suficiente cambiara un hecho pasado o futuro, quiere decir que resides en otro planeta con un diferente sistema de realidad”.

Esta zona errónea habla de cómo la culpabilidad (pasado) y la preocupación (futuro) nos aleja del presente y una vida feliz. Además de esto, el autor examina como la culpabilidad se muestra en diversos ámbitos de nuestra vida de manera inconsciente y afecta en nuestro desarrollo personal.

De esta manera, define los orígenes de la culpa en dos categorías:

1. La culpa residual: esta culpa es la reacción emocional que la gente lleva consigo desde sus memorias infantiles. Estos productores de culpa son numerosos y funcionan en el caso de los niños. Por ejemplo: “Papa no te va a querer si haces eso otra vez”.

2. Culpa autoimpuesta: aquí el individuo se siente inmovilizado por cosas que ha hecho recientemente, pero no tienen que estar necesariamente conectadas con algo que pasó en su infancia. Por ejemplo: Haber dicho algo indebido.

Algunas de las técnicas para eliminar o disminuir la culpabilidad que propone el autor son:

1. Empieza a mirar el pasado como algo que jamás puede modificarse, sientas lo que sientas respecto a él. Tu sentimiento de culpabilidad no cambiará el pasado.

2. Pregúntate a ti mismo lo que estas evitando en el presente por culpa del pasado.

3. Empieza a aceptar en ti mismo cosas que tú has escogido, pero que le pueden disgustar a ciertas personas. Con esto también puedes trabajar la necesidad de aprobación.

Esta zona errónea es muy interesante y tiene mucho material que desarrolló mucho mi pensamiento crítico, así que espero que la estudies muy bien cuando leas el libro. Lo único que cambiaría sería la expresión: “Emociones inútiles”.

Debido que, aunque es cierto que estas emociones nos alejan del presente y el futuro, las mismas nos permiten evaluar y sanar nuestro pasado y dejar de vivir en el futuro, si reflexionamos sobre ellas. Por lo que, al final del día son mensajeras que nos ayudan a crecer.

6. Explorando lo desconocido: “Solo los inseguros ansían la seguridad”.

‘‘La gente rígida nunca crecer, la gente espontánea y diferente si’’.

‘‘La gente ordinaria no crea nada’’.

‘‘La seguridad significa nada de crecimiento y la falta de crecimiento nos lleva a la muerte’’.

Estas son algunas de las reflexiones de esta zona errónea, donde el autor plantea que puede que seas un experto de la seguridad o un individuo que evita lo desconocido, solo para saber siempre donde ir y que se puede esperar al llegar allí. Pero, el abrirte nuevas experiencias es primordial.

El autor también nos dice que el abrirnos a nuevas experiencias implica abandonar totalmente la noción de que es mejor tolerar lo que no es familiar, que trabajar para cambiarlo porque el cambio está cargado de inseguridades. Aquí es donde debemos trabajar los “no” negativos y atrevernos a experiencias nuevas.

Además de esto, nos habla de la seguridad interior, la cual es de suma importancia para lanzarnos a lo desconocido, debido a que esta brinda confianza y la capacidad de solucionar cualquier problema que se presente.

7. Rompiendo la barrera de los convencionalismos: ”No hay reglas, leyes ni tradiciones que se puedan aplicar universalmente… Incluyendo esta”.

Aquí el autor nos explica que el mundo está lleno de “Debes hacer esto” que la gente aplica a su comportamiento sin previa evaluación; y la suma total de todos estos “Debes” componen una gran zona errónea.

Los “deberías” se empiezan cambiando desde nuestro interior. Es decir, por normas internas basadas en nuestros propios criterios. Esto implica mover el locus de control del exterior al interior, responsabilizándote de todo lo que decides hacer y cómo te sientes al respecto de ello.

Rompiendo con la ”deberizacion”, recuerda que todo es relativo y nada es absoluto. Las leyes dicen lo que es legal y lo que es ilegal, pero no te dice que está bien o mal.

Ser leal a ti mismo quiere decir que no tienes necesidad de un sistema exterior de apoyo. Si necesidad la aprobación de los demás, tienes un apego. Entender esto permitirá que puedas enfrentarte a desprecios y desdenes cuando empieces a oponerte a reglas sin sentido.

Recuerda estos puntos:

1. Las emociones no son negativas ni positiva, llegan para darte un mensaje.

2. Vístete como quieres.

3. Habla como deseas.

4. No tener hijos si no quieres.

5. No te quedes en un trabajo que no te gusta.

8. La trampa de la justicia: “Si el mundo estuviera tan organizado que todo tuviera que ser justo, no habría criatura viviente que pudiera sobrevivir ni un solo día”.

En esta zona errónea, el autor hace hincapié en que no existe la justicia y es un error de mentes pequeñas pensar que si la hay.

Por esto, el autor postula que para salir de esta trampa que te lleva a estar resentido con el resto del mundo “injusto”, se debe ver la vida emocional como algo que está dentro de ti y que no depende de lo que hacen los demás.

9. Terminando con las postergaciones ahora mismo: “No es necesario derramar una sola gota de sudor para postergar hacer cualquier cosa’’.

El autor define la postergación como un estado que no nos permite vivir en el presente. El mismo este compuesto por palabras como: ”Quizás”, ”Espero” y ”Deseo”, usando estas como razonamientos para no hacer nada.

Existe también, grados de postergación. Es posible demorar las cosas hasta un punto, y luego terminar el trabajo justo antes de la última fecha posible.

¿Cómo funciona la procrastinación?

Está compuesto por un componente emocional y de personalidad. Por esto, al momento de postergar debemos pensar que emoción te genera esa actividad que estas por hacer.  Solamente cuando trabajas tu interior y la raíz del asunto puedes de verdad crecer.

El segundo más importante son los rasgos de la personalidad: una persona perfeccionista puede postergar porque todavía cree que no está totalmente bien. Identificando esto, también podrás saber la raíz de tu procrastinación y que emociones de causa.

Esta última información fue tomada de Claudia Peralta, Life Coach dominicana.

10. Proclama tu independencia: “En cualquier relación humana en la cual dos personas se conviertan en una, el resultado será dos medias personas”.

Esto quiere decir que depender psicológicamente de alguien más se convierte en una zona errónea. En cambio, el ser psicológicamente independiente quiere decir estar totalmente libre de todas las relaciones obligatorias, e implica la ausencia del comportamiento dirigido hacia los demás.

El autor afirma que esto también es visto en las familias dirigidas a la independencia, donde los impulsos de los miembros son dirigidos hacia la autonomía y el ser uno mismo.

En esta zona errónea también se afirma que, si necesitas una relación o te sientes obligado a tenerla, y luego te resientes, entonces es que actúas desde la necesidad de dependencia y no lo haces solo por ser feliz.

11. Adiós a la ira: “El único antídoto para la ira es la eliminación de la frase interna: si solo fueras parecido a mí”.

La ira nace de la perdida de la expectativa o cuando lo que quiero no sucede. También influye el autocontrol. Por esto, debes empezar a trabajarla desde el pensamiento.

¿Cómo trabajar mi ira?

1. Debes identificar cuáles son los pensamientos que te genera la ira (hacer conciencia del pensamiento) y ahí verificar si tus pensamientos están atadas a creencias limitantes.

2. Ver tu empatía y entender más la manera de ser de la otra persona.

3. Identifica la personalidad de la otra persona.

4. Identificar de que tienes el control y que no.

5. Posterga el explote cada día y verás que la ira se estará enfriando o dile a alguien que te diga cuando te estas saliendo de control.

6. Comunica a la gente como te sientes cuando pasan ciertas cosas.

7. No esperes demasiado de la gente.

También se hace reflexión sobre estas frases:

“La ira está atada a nuestras expectativas, las cuales se centran en los que yo creo que debería ser’’

“Cuando se manifiesta nuestra ira, me estoy comportando como una persona controladora y perfeccionista’’.

12. Retrato de una persona que ha eliminado todas sus zonas erróneas: “Están demasiado ocupados siendo para fijarse en lo que hacen sus vecinos”.

Aquí más que una zona errónea, se visualiza cual es el estado de una persona que ha trabajo en sí misma y algunas de las actitudes que presenta.

Algunas de ellas son:

1. No tiene búsqueda de aprobación y se sientes felices con quien son.

2. No son rebeldes, pero hacen sus propias elecciones, aunque entre en conflictos con los demás.

3. No postergan el disfrute de la vida.

4. Son personas que se aceptan a sí mismas sin quejas. Saben que son seres humanos y que serlo implica ciertos atributos humanos.

5. No pelean inútilmente. No son partidarios del autobombo para atraer la atención sobre si mismos.

Cada una de estas zonas erróneas, demuestra lo mucho que tenemos que trabajar para llegar a ser una persona como las ya definidas. No obstante, no es imposible.

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– Indhira Castro