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Escritura Creativa

Los estereotipos.

¿Quién no se ha sentido
juzgado por una creencia errónea más de una vez? 
 
 
La valoración negativa de lo que no conocemos y a la vez, de lo que creemos conocer sin haber tenido la oportunidad de presenciar, es lo que hoy en día nos lleva a desarrollar los estereotipos.

Los estereotipos han marcado el mundo desde sus inicios, debido a que se presentan en el hogar, la escuela, la universidad, nuestro trabajo y, sobre todo, en el círculo social al que pertenecemos. Por esto, se muestra que el estereotipo es de origen social y se torna como una convicción que nace a raíz del aprendizaje observacional, el cual empieza en nuestros hogares.

Los estereotipos pueden ser: raciales, religiosos, sexuales, físicos, relacionados a preferencias o gustos específicos, entre otros. Cada uno de ellos en contra de la diversidad y lo que nos hace únicos y diferentes. ¿Por qué?, debido a que nos encasillan en una burbuja donde todos debemos ser iguales para poder flotar, sin darnos cuenta de que lo que hace genuino a cada ser humano es su manera distinta de volar.

A partir de esto, es evidente como una parte de nuestra sociedad está dirigida por un grupo de personas que solo desean encajar, sin comprender que al tomar estas creencias como parte de lo que somos, solo estamos cambiando nuestra esencia y cerrando nuestro círculo personal, social y profesional. Es el deber de cada uno entender como nos afectan estas creencias sin sentido, para así aumentar nuestra seguridad personal y combatir junto a ella este tema de los estereotipos.

 

Ella es Candy Hernández. Para ella ”los estereotipos” se hicieron presente al momento en que todos juzgaban su personalidad extrovertida y su manera de actuar, pero tiene muy claro que:

Siempre me he caracterizado por ser diferente al resto, súper bufona, me río por todo, no siempre uso maquillaje o me visto muy femenina, hago muchos gestos, o como aquí en nuestro país le decimos: “morisquetas”. En todo momento digo lo que pienso, alejándome de las expectativas que los demás escogen atribuir, pero nunca falta un “actúa como una persona de tu edad” o ” ya eres una mujer”.

A partir de esto, siempre me encuentro con personas a las cuales les desagrado de entrada, debido a que no suelo acoplarme a sus creencias preestablecidas; sin embargo, luego que me conocen, se sorprenden de cuán lejos estuvieron de la realidad, sencillamente porque la gente decide recurrir a ciertas ideas de como deberíamos ser según nuestro aspecto, edad, sexo, carrera, religión y demás, como si la personalidad viniese con un manual.

Llegó un punto en el que comprendí que no importa lo que la gente espere de ti, “sé tú, sé libre, amate y acéptate tal cual eres”; no naciste para complacer a todo el mundo y siempre habrá uno que no tolerará lo que portas, y no por ti, sino que, por sus propias carencias existenciales. Solo importa amarte por quién eres; cuando resaltas por ser distinto, se filtran todos aquellos que no vale la pena retener en tu vida. – Candy Hernández. 

A través de esta manera de ver la diversidad es posible aprender de las diferencias sin juzgar, y ver cada una de ellas por lo que hace que enriquezca nuestro interior y el ambiente que nos rodea.

Cada persona posee una luz única, por eso cada ser tiene algo que aportar y cuando somos capaces de reconocer que es eso que aportamos y que nos hace diferentes, es el momento en que entendemos que debemos rodearnos de quienes sean capaces de ver lo maravilloso en nosotros, esos que resaltan el tema de la diversidad de forma positiva. Rodearnos de personas que cumplan con esto, reconforta lo que somos y lo que podemos llegar a ser.

 

Ella es Patricia Javier. El tema de ”los estereotipos” ha marcado su vida desde su transición a cabello rizo, pero tiene muy claro que:  Como todo en la vida, lo que se prueba una vez y te gusta, se prueba dos y tres veces, hasta que se vuelve costumbre o estilo de vida. Para mi llevar el pelo corto y natural es sinónimo de simplicidad y frescura.

Al cortarme el cabello por primera vez me sentí libre, y aunque no fui aceptada por algunos y criticada por otros, entendí que de la única persona que necesitaba aprobación era de mi misma. Nuestro valor no está en la apariencia o en si eres aceptado/a o no, sino más bien en lo que tú corazón emana y tus acciones provocan en los demás.

”Lo que amas lo cuidas porque reconoces su valor, cuídate”. – Patricia Javier. 

La creencia negativa sobre como estilo de cabello influye en lo que somos, es uno de los comunes estereotipos que visualizamos hoy en día. A través de este creemos que podemos definir una persona y determinar si debe ser aceptaba o no, todo porque la sociedad ha establecido cual es el tipo de cabello aceptado, el cabello ”formal y bueno”, sin comprender que lo que nace con cada uno de nosotros es parte esencial de lo que somos, tanto color de piel, rasgos físicos o textura de cabello.

 
 

Ella es Ambar Mota. Para ella ”los estereotipos” se hicieron presente al momento de incursionar en el mundo de la danza como bailarina de Pole Dance, pero ella tiene claro que:

Primero no podía comentarlo en el trabajo porque era un tema del que daría mucho de qué hablar, después en la universidad se quedaban extrañados cuando se enteraban. Todos llegaban a la conclusión de que nunca imaginaron a alguien como yo practicando Pole Dance. Como si la disciplina tuviera una personalidad, un físico o una edad. Fui encasillada en los tabúes, en los prejuicios y en el morbo.

Pero, a pesar de todo nunca me sentí como la persona que ellos creían que era. Con el Pole Dance me sentí capaz, ya que descubrí que podía hacer cosas que nunca había intentado. Me sentí empoderada, porque hice algo por mí y para mi sin esperar o desear aprobación de otros. Me encontré en un espacio de paz, apoyo mutuo y perseverancia. Me encontré con amigas nuevas, colegas y mujeres que al igual que yo se cansaron de la monotonía.

”Soy Pole Dancer y estoy orgullosa de eso”. – Ambar Mota.

Este y muchos otros estereotipos relacionados a nuestros gustos y pasiones son de los más comunes. Hoy en día vemos como enaltecen muchas profesiones, pero al hablar de arte los tabúes salen a flote y se catalogan a muchos artistas, en esta ocasión bailarines, como personas que solo quieren mostrar el cuerpo o que solo buscan llamar la atención desde el morbo, cuando una de las formas más bellas de expresión proviene desde la danza, independientemente del tipo de baile que sea.

Para poder ser necesitamos autodeterminación, y eso solo sucede cuando reconocemos quienes somos y como esto nos define. A partir de ello seremos capaces de discernir cuál es nuestro valor y nadie podrá imponer cambios en nuestra vida.

Es momento distinguir cuales son los estereotipos y creencias erróneas que nos envuelven en un mar de prejuicios, críticas negativas y discriminación. Es momento de ser la voz de aquellos que no se atreven a ser ellos mismos y mostrase en libertad en un mundo de ataduras sin sentido. Y, sobre todo, es momento de rodearnos de seres que iluminen nuestro camino y nos ayuden a descubrirnos y esbozar lo que somos, para que así la energía fluya de la manera más pura y sana posible.

– Indhira Castro