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Escritura Creativa

Autocuidado para vivir en bienestar.

En ocasiones, los quehaceres diarios nos llevan a un mundo donde caminamos en piloto automático. En dicho mundo nos olvidamos de que el guía que esta detrás somos nosotros y que necesitamos de cuidados para vivir en bienestar.

En este artículo te escribo sobre la importancia de cuidarte, dedicarte tiempo y apreciar quién eres. Todo con la finalidad de que entiendes que el recurso más importante de tu vida, eres tú.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de autocuidado?

Muchas personas pueden visualizar el autocuidado como una forma de vanidad o egoísmo. Sin embargo, cuando hablamos de autocuidado nos referimos a escucharnos. Prestar atención a nuestras necesidades, preguntarnos como nos sentimos y escuchar cada parte de nuestro ser.

Como escribí una vez: ”preguntarte que necesitas es primordial para tu bienestar, esto hará que puedas cuidarte de la manera correcta”. 

Por esto, cualquier acción que se realice con la finalidad de resaltar o mejorar nuestra salud mental y física es parte del autocuidado.

Seguramente otras personas definen este concepto de manera distinta. No obstante, en lo que todos coincidimos es que se trata de escuchar y conocer lo que hay dentro de nosotros y no es visible a simple vista.

¿Cuáles son las caras del autocuidado?

Aquí es donde llega la pregunta: ¿Qué hace una persona que se cuida?

Muchas actividades distintas se pueden presentar, pero bien es cierto que las formas de autocuidado dependen de las necesidades de cada persona.

Por ejemplo, si tu estas en un momento de duelo, donde quieres cuidarte para poder superar tu perdida, tus necesidades no serán las mismas que las de una persona que busca aumentar su productividad.

Por esto, las caras o maneras de representar el autocuidado dependerán de las necesidades que poseas y las áreas de tu vida en que desees trabajar.

Entre los tipos de autocuidados se encuentran:

– Autocuidado emocional: busca que podamos crecer en el ámbito de las emociones. Que entendamos que no existen emociones negativas ni positivas, sino mensajeras que llegan para darnos una enseñanza y mostrarnos en que debemos crecer.

– Autocuidado físico: se trata de acciones en pro a el bienestar de nuestro cuerpo. Cuando desarrollamos el autocuidado físico optamos por actividades físicas como deportes, baile, ejercicios, con la finalidad de cuidar nuestro templo.

– Autocuidado espiritual: promueve la conexión con nuestros valores y creencias espirituales, donde desarrollamos actividades que nos permiten ser íntegros. Entre ellas, disfrutar de la naturaleza o pertenecer a un convenio religioso.

– Autocuidado intelectual: este tipo de autocuidado tiene por finalidad enaltecer nuestros conocimientos y enriquecer nuestra mente. Cuando decidimos leer un libro, estudiar o aumentar nuestros conocimientos a través de la práctica nos estamos cuidando mentalmente.

– Autocuidado social: el ser humano es un ente social, por lo que debe rodearse de personas para poder crecer de forma amena. Cuando aplicamos el autocuidado social, buscamos rodearnos de personas que reconozcan quienes somos y nos impulsen a ser mejores.

¿Cómo influye la falta de autocuidado en tu bienestar?

Visualízate como una planta. Una planta que para crecer necesita ser regada y, si no lo hace, muere.

Así mismo pasa con el autocuidado. El mismo es el centro de nuestro bienestar. Por esto, si no te cuidas nunca podrás vivir plenamente.

Autocuidarte hará que puedas velar por tu salud, empoderarte de quien eres y escuchar a tu cuerpo sin miedo.

¿Cuáles son esos hábitos saludables que puedo incluir en mi rutina de autocuidado?

Como escribía antes, cada persona tiene necesidades distintas, por lo que no estaría bien que desarrolles una rutina en base a lo que los demás hacen, sino en lo que tu necesitas y lo que te funciona según tu realidad.

Pero más allá de eso, que te preguntes cual es el propósito de esa rutina. A veces nos centramos en como llevar a cabo nuestros hábitos saludables, sin preguntarnos cual es la razón por la cual queremos empezarlos y esto hace que nos desmotivemos en el camino.

No porque todos se están levantando a las 5:00 AM, debes hacerlo. Lo importante es preguntarte cual es el propósito de tu hacerlo y si va conectado contigo y tu bienestar. Si lo esta, agregarlo a tu rutina, sino empezar otro hábito que si te funcione.

Según tus motivos, algunas de mis recomendaciones son:

– Ejercitarte.

– Llevar un diario donde aplicar la escritura terapéutica.

– Tener una rutina de descanso.

– Meditar.

– Dedicarte tiempo en las mañanas.

– Practicar alguna disciplina artística.

– Leer.

– Únete a grupos que estén en tu misma sintonía.

– Viaja, conoce el mundo.

Hoy quiero que sepas que empezar a autocuidarte es un proceso constante. Un proceso que no es lineal y que cada día necesita de reinvención, ya que nuestras necesidades también van cambiando o aumentando.

Es un proceso que depende de ti, de una responsabilidad interior donde deberás enfocarte más en el SER que en el HACER.

Donde el propósito de este será el que te motivará cada día.

– Indhira Castro