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¿Cómo nace el amor propio?
¿Desde dónde? 
 

Nos pasamos la vida dialogando y escribiendo sobre este de manera exhaustiva, leemos un montón de libros de cómo mantener nuestra autoestima, asistimos a conferencias que nos dictan “como amarnos” o “pasos para aumentar el amor propio”. Sin embargo, cuando nos preguntamos donde empieza este amor nacen las dudas y nos quedamos sin respuestas. Por eso, el descubrimiento de este implica una búsqueda que nace en nuestro interior, donde verdaderamente surge el amor propio. 

Hace unos años desconocía mucho sobre este tema, era del grupo que leía sobre el mismo y buscaba maneras de implementar en mi vida lo aprendido, pero en ese momento no entendía que para desarrollar esa fuerza interior que me permitiera amarme debía buscar dentro de mí. En esos tiempos pensaba que las personas que estaban a mi alrededor eran quienes debían aceptarme o entender cómo debía ser amada, no que yo era quien les daba ese poder a ellos, esa potestad de amarme como merezco. 

Hace unos años también vivía de ser “perfecta y no equivocarme”, debido a que pensaba que al cometer errores no era apta para hacer ciertas cosas, sin entender que cada persona aprende a su tiempo. También buscaba actuar de la manera establecida y de que lo que hiciera fuera acorde a lo esperado, sin darme cuenta de que solo ocultaba mi esencia, la forma en la que realmente me gustaba vestir, el cabello que quería lucir, los accesorios que deseaba utilizar, y todo lo relacionado a lo que la sociedad entendía que era aceptado. 

Con todos esos pensamientos comprendí que debía llenarme de amor propio para así soltar. Soltar creencias erróneas, estereotipos, tabúes, y en otros ámbitos hasta personas que no me dieran la oportunidad de ser, ni me ofrecieran el amor del que soy digna. Entendí que el dialogo con mi interior tenía que cambiar, proyectando lo maravilloso de mí, antes que cualquier defecto o error que hubiera cometido, para así desarrollar mi potencial en base a lo mejor de mí persona. 

Con este tipo de amor me di cuenta de que lo más importante es lo que no vemos, puesto que la apariencia física no garantiza un bonito interior. Por esto, debemos trabajar desde adentro, visualizando nuestro ser de manera extraordinaria, aceptando quienes somos, para así conectar con la mejor versión de nosotros mismos.    

Hoy entiendo que estas palabras se hacen presente por medio de la belleza que nace del caos, esa que me permitió aceptar la belleza de mis cicatrices y de mis momentos difíciles. Cuando me encontraba en esas circunstancias me preguntaba porque después de dar lo mejor la vida golpeaba hasta el punto de abrir cicatrices que cuesta cerrar, en otras circunstancias me preguntaba porque nos toca vivir esos momentos y otras veces, me culpaba, aunque nada de lo estaba sucediendo tenía que ver con lo que yo era.

Más adelante, a través de todas estas preguntas y mal entendimiento de lo que ocurría olvide ver la belleza desde la penumbra, así como muchos olvidan que cada una de esas cicatrices llegó para enseñarnos y hacernos crecer, y a partir de ese crecimiento forjar un nuevo yo, un yo que a partir de la dificultad ha nacido en el amor propio, en una nueva oportunidad de aprender y crecer como ser humano. 

A continuación, esta historia se convierte en la realidad de tres chicas más. Cada una de ellas muestra como les ha tocado vivir este tipo de amor, y como cultivarlo les ha permitido desarrollar su bienestar de manera constante.

 

Creo que todos en algún punto hemos tenido turbulencias emocionales en la que nuestra autoestima es afectada. Por un tiempo estuve en una montaña rusa donde podía encontrarme en la cúspide y de un momento a otro caer en picada. Los elogios más que sumarme, me herían. Escuchar la frase “Pero eres muy bonita” me volvía un lío de lágrimas y sollozos. Sentía que la gente me mentía a la cara.

Por mucho tiempo viví engañada, creyendo que el valor de cada uno lo asumía tu pareja, tus amigos o cualquier otro ente externo, cuando tú y solo tú puedes otorgarte valor. Autoestima es el amor u apreciación propio. No se trata de lo que deseen imponerte o de lo que dicen a tu alrededor, sino de la voz en tu interior, tu identidad que a gritos pide ser revelada. 

¡No hay molde para la belleza! Ámate para que puedas amar a otros, sana para que sanes a otros, pide ayuda para que ayudes a otros, sé libre, para que liberes a otros.

– Denisse González

Antes de escribir porque debemos tener amor propio, deberíamos de saber el significado de dicha palabra. En mis conocimientos el amor propio es todo aquello con lo que tú te identifiques o el valor que te das a ti como persona. 

Si me preguntan en qué momento se presenta el amor propio en mi vida, yo respondería que todos los días, debido a que el primer signo de amor propio lo sentí cuando empecé a estar bien conmigo misma y nada del entorno me afectaba, todo porque me acepte por quien soy. Yo soy quien lucha para tener ese amor todos los días debido a mi sobrepeso y ya los comentarios de las personas no me afectan. Soy así y me acepto tal cual soy.

– Marieyi de la Mota 

 

– ¿Me amo a mi misma? – ¿Me valoro tal y como soy? – ¿Qué verdaderamente me gusta de mí? – ¿La opinión del mundo es una influencia? Realmente vivimos en un mundo que nos influye como vernos y como sentirnos, no nos hacen encontrar ese verdadero yo que cada uno debe de gozar, de tener para poder ser un ser amado por sí mismo.

Por esto, entiendo que la clave de amarse es aprender a convivir con lo que somos, dejarse llevar por lo que el corazón diga y hacernos sordos-mudos a lo que “está mal en nosotros”. Amarse a sí mismo es cuestión de confianza, de saber que conmigo misma tengo y me sobra, que, aunque sea sensible a lo que digan las personas yo sé cómo tener amor propio sin que el exterior cree ese cierto estereotipo de mí. 

– Sofía Durán 

A medida que pasa el tiempo comprendo que nuestra mente es la primera que funciona como reflejo de lo que pensamos sobre nosotros mismos y que la autoestima está presente en cada paso que damos, por lo que depende de nosotros hacer de ellas una fuente de prosperidad, llena de buenos deseos, comprensión, aceptación, respeto y amor. Mucho amor.

Con el paso del tiempo también he entendido que no debemos explicarle al mundo nuestra esencia, creencias ni de lo que estamos hechos, para que así los demás puedan encasillarnos en lo que esta ”Bien o mal”, por eso simplemente debemos aceptar lo que proviene de nuestro ser y entender que lo profundo y genuino no es para todo el mundo.

Es momento de sacar a flote lo extraordinario que compone lo que somos, tomar acciones diferentes para así salir de lo conocido, visitar nuevos lugares, conocer nuevas personas, explorar cada parte de nuestro ser para así darnos el permiso de entender nuestro propósito e iluminar nuestra vida y la de los demás desde el amor más sano de todos. El amor propio.

– Indhira Castro